TEMAS: Acoso Colegio Sevilla Elecciones Andalucía 2022 Covid Sevilla Esther López Teletrabajo funcionarios Eurovisión 2022 Antígenos Sevilla Límite precio gas El Rocío 2022
Facebook Twitter Telegram Youtube Instagram Flipboard
Consulta en PDF toda la información en tu dispositivo favorito
El edificio de San Bernardo, obra de Juan Talavera Heredia, cumple cien años
Es el único inmueble regionalista de Sevilla que sigue funcionando con el cometido para el que fue concebido
El parque de bomberos de San Bernardo. / D. S.
Fernando Pérez Ávila 08 Mayo, 2022 - 06:02h
El parque Central de los Bomberos de Sevilla, el del puente de San Bernardo, acaba de cumplir cien años. Lo hace a pleno rendimiento, como instalación fundamental para el servicio de extinción de incendios de la ciudad, que tiene una de sus bases clave en este edificio. Existe también un proyecto, aún embrionario y con escaso apoyo de la administración pero impulsado por los propios bomberos, para convertir el inmueble en un futuro museo del fuego de la capital andaluza.
La instalación es producto de la nueva política de dotación de servicios a la ciudad, detalla el bombero Antonio Sánchez López, que ha elaborado una historia del parque. Ubicado en la antigua calle Marte, actual Demetrio de los Ríos, esquina con Rastro, el edificio es obra del arquitecto Juan Talavera y Heredia, sobre un proyecto modificado de Antonio Arévalo Martínez.
El cuerpo de Bomberos siempre tuvo interés en poseer documentación sobre las obras, de las que se hicieron numerosas indagaciones tanto de forma oficial como particular, pero todas fueron infructuosas. Sánchez López encontró recientemente por fin en el Archivo Municipal el expediente donde se recoge todo lo referente a la construcción del parque, con sus planos originales y sus partidas presupuestarias.
El presupuesto primitivo que se recoge en el expediente ascendía a 368.340,06 pesetas, pero si se sustituía la cubierta de madera proyectada en principio por otra metálica, el presupuesto aumentaría en 11.275,32 pesetas. Esa cantidad se aprobó el 5 de noviembre de 2020. El contratista al que se le adjudicó la obra fue Adolfo Robles Fernández, con domicilio en la calle Méndez Núñez.
Bomberos de Sevilla, en los años 20 del siglo pasado. / D. S.
Las obras se dieron por finalizadas el 16 de marzo de 1922. El montante total fue de 392.002,20 pesetas, según las cuentas que rindió el arquitecto municipal. Pero los trabajos no se recepcionaron hasta el 15 de julio del mismo año, cuando se reunieron en el parque la comisión de obras píblicas y el arquitecto Juan Talavera Heredia, que realizaron una inspección del edificio y comprobaron que estaba en buen estado.
Quedaba por dotar al inmueble de suministro eléctrico, algo que hizo Juan Caravaca Regé por un importe de 2.026,66 pesetas, el 19 de octubre de 1922. Para finalizar con todos los suministros necesarios, se proyectó el servicio de aguas. En el expediente consta que sería interesante surtir el agua potable desde el río y aprovechar el pozo que existe en el edificio para el baldeo y limpieza de aparatos y locales. La instalación y la construcción de un contrapozo y depósito costó 4.730 pesetas.
Cuenta Sánchez López en su historia del Parque de Bomberos que la construcción sigue los patrones del movimiento regionalista. "En su propia originalidad, es el único edificio público de este estilo concebido exprofeso como Parque de Bomberos y que sigue en la actualidad funcionando para su cometido". La planta tiene forma pentagonal y se organiza en dos crujías longitudinales a la calle Rastro y a las antiguas vías del ferrocarril. En la frontal del edificio hacia Demetrio de los Ríos se crea una sala de acceso que sirve de hangar para los vehículos de bomberos, que se cierra con otra crujía posterior.
Proyecto del edificio. / D. S.
El conjunto es de una planta a Demetrio de los Ríos, que se convierte en dos en el interior del edificio. "Destaca la torre de prácticas de cuatro plantas y tejado tradicional a cuatro aguas. Como innovación constructiva, hay que señalar la estructura de hormigón armado vista en la sala de acceso, que le proporciona una gran altura y flexibilidad, y contrasta su aire moderno con la traza general del conjunto en la línea del regionalismo".
El Ayuntamiento de Sevilla inició en junio de 2012 unas obras de reforma para mejorar las instalaciones, que presentaban un avanzado estado de deterioro. El bombero ya jubilado Alberto Bernabé Salgueiro realizó en esa época una petición a la Consejería de Cultura para que se declarase el edificio como Bien de Interés Cultural (BIC). Ante la falta de respuesta, envió otro escrito a la Junta pidiendo que se informara de los trabajos al Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico (IAPH), y que se no se alterara el diseño primigenio del edificio.
"Su temor no era otro que piezas valiosas como los azulejos, o las rejas de forma, pudieran ser destruidas durante los trabajos de reforma, algo que hizo saber también por escrito tanto al alcalde (por entonces Juan Ignacio Zoido) como al delegado de Urbanismo (Maximiliano Vílchez)", apunta el historiador. Este afán protector de Bernabé ya se recogía en un artículo de Diario de Sevilla publicado en 2012, en el que el bombero pretendía que el Parque Central gozara de protección por ser ejemplo de una "arquitectura industrial ligada a un oficio concreto, cuyas formas reflejan unas maneras de trabajar, unos conocimientos y unas técnicas que difícilmente se pueden dar en otro tipo de oficios".
El Gran Poder, iluminado desde la escala de los Bomberos a su paso por el Puente de San Bernardo, durante la Santa Misión. / José Ángel García
Las formas, efectivamente, están puestas al servicio del trabajo de los bomberos. Los arquitectos regionalistas concibieron el edificio con una estructura en U que se abre a un patio central a cuyos pies se levanta una torre de tres cuerpos. El interior de la planta baja es diáfano, para poder estacionar los carros y las caballerías de los bomberos de los años veinte del siglo pasado, además de poder albergar vehículos y escalas modernas.
El patio trasero tiene un pozo en el que se puede practicar el llenado de las cisternas, mientras que la torre se utiliza para practicar maniobras de salvamento y escalada. "Los bomberos podían hacer rappel por el hueco central de la torre y los balcones se abren hacia fuera para poder escalar por la fachada", explicaba Bernabé. Esta torre estaba pensada también como de comunicaciones, pues podía ser vista desde distintos puntos de la ciudad.
Así, con una luz colocada en la cubierta de la torre se alertaba, mediante señales luminosas, a los bomberos que estaban libres de servicio para avisarles de que se había declarado un incendio en el que se les requería de inmediato. Estas señales se acompañaban por los toques de campana de la parroquia más cercana al incendio.
Bernabé destacaba el valor de los elementos de forja, remates exteriores y pináculos, así como el gran panel de azulejos dedicado a la figura de San Juan de Dios, colocado por orden del concejal Alfonso Jaramillo en 1958. Otro azulejo que tiene un gran valor sentimental para los bomberos sevillanos es el dedicado a Joaquín del Toro Anta y Francisco Rivero Pérez, los agentes que perdieron la vida el 27 de julio de 1968, en las tareas de extinción del gran incendio de los antiguos almacenes Vilima.
El parque está ubicado en un entorno en el que hay otros tres edificios protegidos, como son la Fábrica de Artillería, la Diputación Provincial y la antigua estación de tren. Frente al parque está el puente de San Bernardo, o de los Bomberos, que se ejecutó entre 1921 y 1924 y que ha pervivido a pesar de no tener ya una función concreta.
Tienes que estar registrado para poder escribir comentarios.
© Joly Digital | Rioja 13, Entreplanta. 41001 Sevilla